El mantenimiento de una estructura de raíces joven y sana en un bonsái es la base para producir un árbol que crezca próspero y libre. Las Raíces finas se renuevan casi de la misma forma que se renuevan las hojas, estas se encargan de abastecer al árbol de casi todos los nutrientes y la absorción del agua necesaria. Los cambios de sustrato regulares, con labores sistemáticas de poda de las raíces, producirán un sistema joven, fibroso y robusto, que debería estar libre de enfermedades e infestaciones de insectos. Esto también permitirá el buen desarrollo de los brotes de la estructura del árbol.
La poda de raíces es probablemente una de las partes más críticas e importantes en el arte del cultivo del bonsái. La edad, la especie y la variedad del árbol dictaran la frecuencia de esta operación de poda de raíces.
La poda de raíces seguida del trasplante con tierra o sustrato nuevo estimulan la multiplicación y desarrollo de raíces jóvenes.
La frecuencia del trasplante dependerá del tamaño de la maceta y del tipo de especie al que pertenece tu bonsái, las especies de crecimiento rápido necesitan ser trasplantadas cada dos años, algunas incluso cada año, mientras que los arboles más maduros en donde apreciamos que su estructura y modelado ha llegado a su fin, necesitan ser trasplantados cada tres o cinco años.
TIPS
Evite realizar trasplantes en forma sucesiva, esto porque puede haber raíces que no se encuentren lo suficientemente desarrolladas y, por ende, el árbol no brotara correctamente.
Tú bonsái necesitará de trasplante si las raíces han comenzado a enredarse alrededor de la masa de raíces.
El trasplante de un bonsái generalmente se realiza durante el final del invierno y el principio de la primavera, cuando el árbol comienza a despertar.
La mezcla de tierra o sustrato debe ser los suficientemente drenante para prevenir la podredumbre de las raíces, pero lo suficientemente absorbente para proporcionar el agua necesaria a tu árbol.
Mantén a mano las herramientas apropiadas para trasplantar tu bonsái, se sugiere que estén en buenas condiciones y desinfectadas.
No trasplantes árboles que se encuentren debilitados o con alguna plaga, ya que si lo hacemos corremos el riesgo de debilitarlos aún más.
Precaución al trasplantar en una maceta demasiado grande, las proporciones son importantes elige macetas cuya anchura sea aproximadamente el 80% de la altura total del árbol.
Aplicaremos riego abundante hasta que el agua escurra en forma cristalina por los agujeros de drenaje.
Una vez realizado el trasplante protege tu bonsái de las heladas, del viento y sol directo.